Von Cramm, un revés contra el nazismo

Von Cramm, un revés contra el nazismo

Samuel Aldrey / @SamuelAldrey

20 de julio, 1937 y el barón Gottfried von Cramm recorre la línea de fondo detrás de una bola blanca Slazenger que bota en el extremo derecho de la cancha. Cramm llega con gracia a una pelota que parece una luna distante, mientras su raqueta de madera la regresa con un revés que corta el aire de la cancha central de Wimbledon, sacando un punto ganador al estadounidense Donald Budge. El partido decisivo de la Interzonal de la Copa Davis entre Alemania y Estados Unidos ha comenzado.

Cuatro años antes el 23 de abril de 1933 la ‘Comisión Alemana del Reich para el ejercicio físico’ dirigida por Hans von Tschammer und Osten, líder de la SA y parlamentario por el Partido Nacional Socialista Obrero Alemán de Adolf Hitler, publicaría un decreto de ejecución contra los tenistas alemanes. En nombre de la Federación aquel comunicado pasaba por las manos de los tenistas algunos lo leían aliviados otros se quedaban helados ante la orden del gobierno: no se podía seleccionar ningún tenista judío para el equipo nacional o para la Copa Davis.

Crepitan las letras en un apartado específico para un jugador. Se informaba que el tenista judío Daniel Prenn, no sería seleccionado para el equipo de la Copa Davies de Alemania en 1933. La pureza del Reich exigía expulsar a los impuros.

La salida de Prenn hizo arder en cólera al rey Gustavo V de Suecia. Gustavo organizó una cumbre en verano con los altos mandos alemanes donde criticó la decisión de excluir a Daniel. El rey sueco jugó después un partido con él, pero el tenista tuvo que salir huyendo por su etiqueta de judío. Gracias a un amigo británico pudo llegar a Londres.

Ni el poder ni la cólera del rey de Suecia pudo disuadir a los alemanes, pero aquella ejecución de aquel comunicado se convertiría en un dolor de cabeza que no curaría ni un Atamel.

La primera inflamación en el cerebro nazi vino porque muchos de sus mandos superiores eran grandes aficionados del tenis. La segunda incluso tenía nombre y apellido Gottfried Alexander Maximilian Walter Kurt Freiherrvon Cramm que además era compañero de Prenn en la Copa Davies. Von Cramm tenía un carisma cálido y magnético. Atraía la mirada de todos por su bello tenis y vibrante personalidad que le daba una enorme popularidad en Alemania.

 


 

Von Cramm

Von Cramm ejecuta una volea / Fotografía: Vice


 

Además, Von Cramm se había criado en un antiguo castillo de Hannover y pertenecía a la aristocracia bajo el título de barón heredado de su padre. Así desde los altos círculos sociales Gottfried criticó duramente la injusticia contra su compañero Daniel Prenn, pero como si el destino lo hubiera colocado allí para fastidiar aún más a los nazis Von Cramm también era homosexual.

Este hombre alto, rubio de ojos verdes incomodaba demasiado a los nazis, pero el barón estaba en la plenitud de su juego y su popularidad era enorme. Entre 1935 y 1937, era el Boris Becker de aquellos años, ganó dos veces Roland Garros, fue tres veces finalista de Wimbledon y una en Forest Hills. Era querido y admirado por dirigentes, jugadores y aficionados.

Hitler se alejó por completo de aquel cóctel desastroso de la Copa Davies, Daniel Prenn y Von Cramm. Le dejó aquello a sus hombres de confianza. De hecho, Hitler y Von Cramm solo se miraron en una ocasión, en un apretón de manos protocolario.

A Hitler no le interesaban mucho los deportes, pero sí le gustaba el boxeo “No hay ningún deporte”, escribió en Mein Kampf  “que cultive el espíritu de la agresividad, que demande tener reflejos como el rayo, que desarrolle el cuerpo como un acero suave como el boxeo”. Claramente, el tenis no era su afición.

Uno de esos hombres de confianza fue Heinrich Himmler, el hombre que era dueño de un batallón de la SS, jefe de la Gestapo y responsable de los campos de concentración. Además, le gustaba el tenis. De hecho, jugaba habitualmente los fines de semana con Karl Wolff, jefe de gabinete de Hitler y luego responsable de las actividades de la SS en Italia.

Himmler tenía la idea de utilizar a Von Cramm dentro de la maquinaria de propaganda nazi, eso sí, obviando su homosexualidad. Pero el barón fue un revés para el nazismo.

 


Volea de Cramm


 

La Copa Davies fue el mayor obstáculo para reclutar al tenista alemán. Primero fue en 1935 en una elimatoria final Interzonal de Copa Davies ante los Estados Unidos, que se jugó en el césped de la cancha número 1 de Wimbledon, en julio de 1935.

Von Cramm y Donald Budge habían ganado sus respectivos partidos de sencillos así que el partido se decidiría con el suspense de un dobles. Von Cramm hizo pareja con Karl Lund y los americanos alinearon a Wilmer Allison y John Van Ryn.

El partido se alargó a la muerte súbita del quinto set. El último golpe de aquel partido fue una volea de Lund. Los Alemanes habían ganado. Pero, ante los ojos de un público incrédulo, Von Cramm se acercó al juez de silla y le dijo que él había rozado la pelota antes que su compañero hubiera hecho la volea. El punto fue para los americanos. Allison y Ryn remontaron aquel partido y ganaron el dobles.

La ira del Reich cayó sobre el barón que, mientras llegaba al vestuario, escuchaba el grito del enfurecido capitán del equipo, Heinrich Kleinschroth: “¡Traidor a la Patria!”. Gottfried sin inmutarse y con la calma que lo caracterizaba se limitó a responderle “creo que he honrado a mi pueblo”.

Fundido a negro y dos años más tarde volvemos a la Davies. La final del Interzonal. Otra vez contra Estados Unidos. Se enfrenta a Donald Budge. En el partido que será catalogado como “el mejor de todos los tiempos”. Antes de saltar a la cancha se creía que el mismo Hitler había solicitado una llamada telefónica con Von Cramm, nunca se grabó lo que se dijo. Algunos periodistas alemanes dijeron que le había deseado suerte, pero lo cierto es que ni el All England Club ni el propio Von Cramm, hicieron una declaración sobre la misma.

 


Von Cramm y Hitler

La única vez que estuvo frente a Adolf Hitler / Fotografía:Internet


 

Gottfried salió embalado aquella tarde del 20 de julio de 1937. Se llevó las dos primeras mangas. Budge salió del estado soporífero y empató el partido. Se fue a un quinto set. Von Cramm se adelantó 4-1 en el marcador. La sentencia parecía ya ejecutada y el ganador parecía ser el alemán, pero Budge volvió a renacer, se llevó el quinto set y el partido por un marcador de 6-8, 5-7, 6-4, 6-2, 8-6.

El barón no pudo evitar llorar tras la derrota, pero el público reconoció su lucha y le premió con cálidos aplausos, pero eso no bastó para mitigar la decepción del Führer. Un año después todos los deportistas del país fueron llamados a una recepción oficial en Berlín. Von Cramm fue el único que decidió no ir y prefirió quedarse en su casa, en el castillo de Hannover. Dos agentes de la Gestapo no tardaron en ir a detenerle.

El crimen: “Irregularidades sexuales con el enemigo”.

Sus rivales en la pista se convirtieron en sus amigos. Liderados por Donald Budge, recolectaron firmas de tenistas y otros atletas. Enviaron una carta al propio Hitler. El rey Gustavo V de Suecia también pidió su liberación. Seis meses de cárcel tuvo Von Cramm. Salió con libertad condicional y en mayo de 1939 volvió a competir en Queens y derrotó a Bobby Riggs 6-0, 6-1.

Nunca más volvió a jugar en Wimbledon por ser considerado, según el All England Club, un criminal condenado. Von Cramm murió en un accidente de tráfico en un viaje de negocios en el Cairo, Egipto en 1976.

 

Bibliografía.

 

W. Grimsley. Tennis: its history, people and events. 1971, Prentice Hall, INC. Englewood Cliffs New Jersey. Pág. 314-316.

 

M. Fisher. A terrible Splendor. 2009, Crown Publishers, New York.

 

https://www.tennisfame.com/hall-of-famers/inductees/baron-gottfried-von-cramm

Source: Meridiano

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