El cineasta argentino Manuel Abramovich, ganador del Oso de Plata al mejor cortometraje en la Berlinale, señaló hoy que uno de los objetivos de su filme «Blue Boy» es «empoderar» la actividad de los trabajadores del sexo.
En una rueda de prensa posterior a la gala de entrega de premios, Abramovich explicó que en su corto estaba «muy interesado en el aspecto performativo de los trabajadores del sexo».
«Blue Boy», coproducida con Alemania, se centra en el testimonio de varios hombres que se ganan el sustento como trabajadores del sexo en Berlín y pone el foco también en las reacciones de los propios protagonistas al oírse contar su historia, precisó.
Contó que había oído de un bar en el barrio berlinés de Schöneberg, donde los trabajadores del sexo «prácticamente se convierten en actores para seducir a sus clientes».
Como cineasta, contó, se convirtió también en cliente de los protagonistas de su filme, porque les pagó «para compartir sus intimidades».
«Entre los trabajadores del sexo y sus clientes existe un acuerdo y entre los trabajadores del sexo y nosotros que hicimos la película, también lo había», precisó y subrayó que le gusta pensar en este «paralelismo».
Al mismo tiempo, Abramovich quiere con su corto «invitar al público a mirar a los ojos» de los protagonistas.
Por otra parte, la cinta «Rise», de los brasileños Bárbara Wagner y Benajamin de Burca, coproducida con Canadá y Estados Unidos, ganó el Premio Audi de Cortometraje, dotado con 20.000 euros.
En esta cinta, los realizadores acompañan a una comunidad de jóvenes artistas, músicos y poetas en un acto de autoempoderamiento a través de música y poesía en la periferia de Toronto, Canadá.
En tanto, la cinta «Suc de síndria», de la española Irene Moray, fue nombrado candidato a mejor corto europeo.
En este filme, una pareja pasa unos días de vacaciones con amigos en medio de la naturaleza y ella, entre lágrimas y risas y con apoyo de él, sanará viejas heridas y buscará de nuevo la capacidad de llegar al orgasmo. EFE
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Source: Informe 21