Samuel Aldrey /@SamuelAldrey
En La Cerámica hubo de todo, menos goles. El partido del Real Madrid y el Villareal quedará siempre marcado por la inserción arbitral en varias jugadas. El Villareal marcó el tempo del partido ante un Real Madrid dormido hasta el segundo tiempo. Luego, el Madrid despertó con la cachetada de Carlo Ancelotti en el vestuario, pero Rulli y los postes evitaron la victoria de un Madrid que se quedó corto. (0-0)
El partido comenzó con la presión; la del Villareal sobre el Madrid. Emery desplegó un equipo con la misión de ahogar la salida del balón del Madrid, no darle líneas de pase ni tiempo para pensar cómo llegar a Vinicius y a Bale. La presión llevó al Madrid a la ansiedad y a la premura de soltar el cuero antes de tiempo.
Toda esta imagen de dinamismo fue reflejada en un duelo particular del partido: Chukwueze contra Marcelo. El nigeriano fue una paridera para Marcelo que nunca fue centinela ni le cortó el paso. Chukwueze fue hábil para dejar contrarios con las vertebras rotas y clínico para el cerrar cada jugada, siempre dejó en jaque al Madrid.
Ante aquel incendio por banda izquierda, Casemiro se tuvo que vestir de bombero y asistir a un Marcelo sin oxígeno. Ya no está para estos trotes; Vinicius es un artista, pero sin pico y pala. Poco pudo hacer para detener aquella deforestación de Chukwueze.
La cuestión es que las jugadas de Chukwueze no hallaron el camino al gol por pequeños detalles, especialmente que el delantero llegaba siempre tarde tras el desborde del nigeriano. En cambio, en la otra banda Vinicius fue impetuoso para percutir hacia el lado de Raúl Albiol.
En una de esas jugadas, el central le hinca el codo a Vinicius y el brasileño cae al suelo. Sánchez Martínez lo mira y para el partido, mientras espera el auxilio del VAR, una herramienta que a veces parece de adorno y otras se usa más de la cuenta. Aquel fue el primer indicio de que el partido estaría condicionado por decisiones arbitrales. El VAR obvia el penalti claro de Albiol sobre Vinicius y allí el árbitro perdió la balanza del partido.
El Villareal en el primer tiempo trató la pelota con gula, sin darle nada al rival y comiéndose todas las líneas del Madrid una y otra vez. Danjuma remató al palo derecho de Courtois, el principal aviso del submarino amarillo.
El Madrid fue reducido a resistir en su trinchera hasta que el árbitro pitará el final del primer tiempo, pero el Villareal estaba meláncolico ante el gol sin Gerard Moreno (8 goles en LaLiga) igual que el Madrid sin Karim Benzema (17 goles en LaLiga). Así dos equipos huérfanos de goleadores firmaron un primer tiempo sin goles.
Eso sí, el Madrid dejó la peor imagen. El Villareal bombardeó el área de Courtois pero Militao y Alaba sostuvieron los cimientos del equipo hasta que pudieron hallar a Bale en la última jugada del primer tiempo. Eso sí, el galés con 168 días sin jugar un partido no se vio bien ante Rulli, portero del Villareal. Aunque esta jugada sería el prólogo de lo que se viviría en la segunda mitad.
Tras salir del vestuario Ancelotti movió las tuercas mentales del equipo, pues el Madrid salió con otra cara. El Madrid se atragantó la gula del Villareal. De hecho, no dejó ni las migas para seguir el rastro del desaparecido Chukwueze.
Todo fue un vendaval para el Villareal ante la crecida velocidad del Real Madrid en su juego. Rulli era el único que mantenía el tendedero con la ropa colgada. Se entrometió en el gol de Bale y luego sacó un zurdazo del galés. También negó a Vinicius que pudo cantar gol luego de que Valverde se deshiciera de Parejo.
Pero el Madrid fue perdiendo el envión y aquel viento se apaciguó. El Real perdió ritmo y su rival halló más pausas. Y eso que al final, Jovic tiró una vaselina a Rulli que acabó en el poste.
En un duelo que acabó huérfano de gol gracias a los cuatro culpables: Gerard Moreno, Karim Benzema, Rulli y el VAR. Los dos equipos sin sus principales goleadores dejaron un partido en tablas.
Source: Meridiano