El tiempo puede ser muy cruel y el deporte fugaz. Un día el romance con el triunfo se desvanece y el conjunto se ahoga en derrotas, eliminaciones y tristezas.
Las oraciones fueron parte de cada uno de los aficionados de las Medias Rojas de Boston durante 86 largos años. Lágrimas amargas que iniciaron en el instante que el equipo subió a lo más alto del mejor beisbol organizado en 1918.
La Primera Guerra Mundial trastocó todos los planes dentro de las Grandes Ligas y su duración fue más corta de lo habitual, apenas 140 compromisos. La ciudad de Boston celebró su quinta Serie Mundial luego de ganar en seis duelos (4-2) a los Cachorros de Chicago.
¿Qué tiene en relación Boston y George Herman Ruth? La llamada ‘Maldición del Bambino’. Los de la ciudad de Massachusetts con Babe Ruth en sus filas conquistaron tres de sus cinco anillos del mundo con el lanzador presente.
Larga sequía. El día llegó, la gerencia no tenía idea de las consecuencias que traería después del 5 de enero de 1920. Su venta por apenas 125 mil dólares a su eterno rival los Yanquis de Nueva York es considerada la peor y trágica venta en la historia de Las Mayores.
El ídolo abandonaba el reinado y su ida a la ‘Gran Manzana’ con los Yanquis, la máxima vereda de la novena bostoniana significó más que una simple venta. El beisbol cambió y nuevos peloteros hacían vida dentro del estadio del ‘gran monstruo verde’ el famoso Fenway Park.
La gloria, aquella gran amiga de la ciudad del equipo de la prenda roja se encontraba ocupada, ahora ayudaba a su contrincante a forjar sus trofeos. Las transmisiones por televisión a color motivaban nuevamente a pintar unas medias descoloridas.
Todo por la cima. Llegó el número mágico, para algunos el año y temporada correcta: 2004. Esa zafra tuvo un ingrediente extra, era la última de la franquicia Montreal Expos antes de pasar a convertirse en Nacionales de Washington.
David Ortiz y Manny Ramírez liderarían al conjunto en la ronda regular. Boston finalizó segundo detrás de los Yanquis de Nueva York en la División Este de la Liga Americana. Con 98 victorias y 64 caídas para lograr su boleto a la postemporada.
La mística es un espíritu que no se pierde y la sed de triunfo corre por las venas de todos los beisbolistas profesionales. La fiesta del mes de octubre dio inicio de la mejor manera dentro del diamante.
Los Angelinos de Anaheim fue el rival, el resultado el pronosticado por los especialistas: blanqueada y pase por la lucha del banderín del nuevo circuito. Allí la ‘amiga’ fortuna regresó a los dirigidos por Terry Francona.
A flor de piel. Los aficionados leían los libros y las páginas indicaban cuatro Series Mundiales dónde Medias Rojas fue partícipe, pero no campeón. Muchos decían que sería más de lo mismo luego que el conjunto de la ‘Gran Manzana’ estuviera a tiro de gracia.
Dominaban la serie del título de la Americana tres juegos a nada e igual que el ave fénix el equipo renació de la mano de David ‘Big Papi’ Ortiz. Voltearon al mismo destino, eliminaron al conjunto neoyorquino y pasaron a la lucha por el título del mundo.
Toda mala racha se termina, 86 años de ver al contrario celebrar se acabaron. Un grito ahogado y el final de la ‘Maldición del Bambino’. Los fanáticos volvieron a gritar de alegría y en esa ocasión a los Cardenales de San Luis le tocó caer derrotado.
El ‘Big Papi’ y Manny Ramírez lo hicieron posible la sexta corona llegó y el recuerdo de una mala racha quedó como una mancha oscura dentro de los pasillos de las Medias Rojas de Boston y un recuerdo de no subestimar a las grandes figuras.
Source: Meridiano